Ahora que el insigne historiador y jesuita: José Antonio Ferrer Benimeli ha visitado una logia del Gran Oriente de Francia (GOdF) Rosario de Acuña,
con sede en Asturias (Gijón) para impartir una lección en Tenida Blanca
sobre la Revolución Francesa y el Gran Oriente de Francia , será bueno
sacar a la luz y en castellano este texto traducido por el Hermano Saúl Apolinaire, que recientemente pasado al Oriente Eterno.
Valga pues este trabajo como complementación de lo expuesto por Ferrer Benimeli
11/12/2014
Parece ser que cuando en el siglo 18 hubo una revolución, los francmasones no fueron ajenos.
La Revolución
Americana tuvo muchos masones apoyando la causa y con el estallido de
la Revolución Francesa en 1789, los francmasones estuvieron otra vez
apoyando las distintas facciones, con la preeminencia de Luis Felipe II,
Duque de Orleáns, Gran Maestre del Gran Oriente.
Pero los
francmasones estaban divididos, sus diferentes puntos de vista y
lealtades cambiaron no solo el curso de la Revolución sino la percepción
de la francmasonería en Francia y alrededor del globo.
El simbolismo masónico aparece en forma destacada en la propaganda revolucionaria: en panfletos oficiales hay símbolos como el Ojo que todo lo Ve y la plomada, que se usaron para ilustrar la supuesta iluminación y justicia alcanzada por la Revolución Francesa.
El Iluminismo
en sí, alcanzó preeminencia por escritores como el francmasón Voltaire,
influenciando los orígenes de la Revolución con trabajos con vínculos
masónicos, como Los Derechos del Hombre que Thomas Paine escribió en su
apoyo.
La
Revolución, sin embargo cayó en la violencia y disturbio político, el
camino iluminado de la libertad quedó ensangrentado con una cantidad
estimada entre 15.000 y 40.000 personas guillotinadas- la guillotina
recibió su nombre por el Dr. Joseph-Ignace Guillotin, médico, miembro de la Asamblea y francmasón.
Luis Felipe, Duque de Orleáns.
El Gran
Maestre del Gran Oriente de Francia, Luis Felipe, Duque de Orleáns
visitaba Inglaterra con frecuencia. Era amigo del Príncipe de Gales,
quien había servido como Gran Maestre de la Gran Logia inglesa de los “Modernos”.
Luis Felipe sostenía puntos de vista liberales y era despreciado por
María Antonieta; la corte real sospechaba que ambicionaba el trono.
La política
francesa estaba a la búsqueda desesperada de reformas, los Estados
Generales, la Asamblea Representativa, consistía del Primer Estado (el
clero), el Segundo Estado (la nobleza) y el Tercer Estado (la gente
común, propietarios de tierras, mercaderes y profesionales).
La agitación
dentro del Tercer Estado creció cuando en 1789 un grupo de liberales
exigía un cambio. En ese momento, Luis Felipe encabezaba la minoría
liberal del Segundo Estado. A continuación animó a un pequeño grupo de
nobles a integrar el Tercer Estado, que se declaró a si mismo como
Asamblea Nacional en junio de 1789.
Luis Felipe llegó a ser conocido como Felipe Igualdad y se acuñaron medallones con su imagen y el título de Padre del Pueblo. Se convirtió en la opción obvia de reemplazo del Rey, pero su posición era débil.
Los intentos
de escape del Rey en junio de 1791, cambiaron la posición de los
monárquicos constitucionales y Luis Felipe votó por la ejecución de Luis
XVI, quizás en un esfuerzo de distanciarse del rey y salvar su propia
vida. Pero Luis Felipe quedó involucrado en un complot que incluía a su
propio hijo que planeaba derrocar al gobierno revolucionario y fue
guillotinado en noviembre de 1793.
El marqués de Lafayette
El Marqués de
Lafayette era un noble que también abandonó el Segundo Estado para
unirse el Tercero, asegurándose un lugar como líder de la Revolución. A
pesar del hecho de que tanto Lafayette como Luis Felipe eran
francmasones, estaban lejos de tener coincidencias.
Lafayette
había estado previamente involucrado en la Revolución Americana; después
abrazó la Revolución Francesa apoyando las reformas liberales sin dejar
de estar consciente de la necesidad de una monarquía constitucional.
Fue electo
vicepresidente de la Asamblea Nacional y comandó la Milicia de París
(después Guardia Nacional) luego de la pacificación de las multitudes
que habían asaltado la Bastilla el 14 de julio de 1789.
Lafayette
apoyó la tolerancia religiosa, la libertad de prensa y la emancipación
gradual de los esclavos- su pasión por las reformas se muestra en su
promoción de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
que fue adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente en agosto de
1789.
Esa devoción
por la reforma y la Revolución no impidieron que se ganara muchos
críticos como por ejemplo el francmasón Jean-Paul Marat.
Lafayette,
como noble y monárquico estaba expuesto a las críticas y sus acciones al
ordenar a la Guardia Nacional que abriera fuego sobre la turba en julio
de 1791, hizo surgir un sentimiento en su contra. Fue declarado traidor
por la Asamblea en agosto de 1792 después de los rumores de ciertos
planes para marchar sobre París a derrocar el gobierno de la revolución.
Lafayette que
había estado al frente de las fuerzas armadas en preparación de un
ataque austríaco, buscó refugio en Liege, donde quedó como prisionero
por cinco años a pesar de la intervención de los Estados Unidos para su
liberación.
Fue liberado
en 1797 pero Napoleón impidió que retornara a Francia hasta 1799. Y a
pesar de tales dificultades siempre continúo siempre un liberal defensor
de los derechos del hombre.
Jean-Paul Marat
Marat era un
médico que había visitado Inglaterra en el inicio de los 1770s y durante
esas visitas fue hecho francmasón en Londres, con un certificado de
membresía emitido por la Gran Logia el 15 de julio de 1774.
Mantuvo firmes puntos de vista liberales y escribió el novedoso “Cadenas de Esclavitud”, publicado en Newcastle en 1774. Volvió a Francia, donde ejerció la medicina.
En los
albores de la Revolución trató de influenciar sobre los progresos del
Tercer Estado, publicando panfletos y periódicos criticando
constantemente a los poderosos. Fue arrestado prontamente por su
beligerante campaña contra el hermano francmasón Lafayette. Sus puntos
de vista llegaron a ser tan ácidos, atacando y criticando a los
poderosos de la Asamblea Nacional, que tuvo que pasar a ocultarse en los
sótanos y catacumbas de París.
Después de la
revolucionaria Comuna de París, comenzó la insurrección el 10 de
agosto; la Asamblea Legislativa que se había formado en apoyo de la
monarquía constitucional , colapsó y Luis XVI fue tomado prisionero.
La Asamblea
Legislativa estaba dominada por los Girondinos, republicanos liberales
que incluían a librepensadores como Thomas Paine. Sin embargo, su
posición cautelosa ante la ejecución del rey selló su destino como
siendo “realistas”.
Los radicales
Jacobinos tomaron el control y se publicó una lista de oponentes. Marat
salio de su escondite y fue electo a la Convención nacional. Ácidamente
atacó a los oponentes del republicanismo radical, especialmente a la
facción Girondina, y su feroz propaganda fue adoptada por otros
radicales como Robespierre.
Los
Girondinos colapsaron en junio de 1793 y Marat sobrevivió hasta que fue
asesinado por la Girondina Charlotte Corday el mes siguiente, mientras
se bañaba.
Ella estaba
indignada por la ejecución de Luis XVI. La muerte de Marat llevó a que
miles de Girondinos y realistas fueran ejecutados.
Esos tres
francmasones tuvieron todos un rol dominante en el desarrollo de la
revolución aunque fallaron en trabajar juntos y tomaron caminos
divergentes en el transcurso de la revolución.
Solo
Lafayette sobrevivió para ver la restauración y el fin de Napoleón, pero
soportó grandes sacrificios por sus opiniones liberales. Marat parece
haber estado abrumado por la amargura atacando a Lafayette por ser
monárquico y miembro de la nobleza.
Luis Felipe,
el Gran Maestre aparece siempre manchado por el deseo de ganar el trono
para sí, votando la ejecución del rey y aún condenando a su propio hijo
por el complot de la marcha sobre París.
Los Bonaparte y la francmasonería
Napoleón
Bonaparte había sido un apoyo de los jacobinos radicales y fue
ascendiendo rápidamente por todos los rangos militares franceses. Tomó
preeminencia después de sofocar una insurrección realista en octubre de
1795 y fue llevado al poder en 1799 como Primer Cónsul, cinco años mas
tarde se coronó a si mismo como Emperador de los Franceses.
No hay
evidencia de que Napoleón fuera un francmasón aunque cuatro de sus
hermanos lo fueron: José a quien Napoleón hizo Rey de Nápoles y Sicilia
en 1806 y Rey de España en 1808; Luis, Rey de Holanda en 1806; Jerónimo,
Rey de Westfalia en 1807 y Luciano, Ministro del Interior.
Napoleón
ubicó a sus cuatro hermanos en posiciones prominentes controlando a la
masonería dentro del Imperio: José fue Gran Maestre del Gran Oriente y
Luis, Diputado Gran Maestre.
Jerónimo fue
Gran Maestre del Gran Oriente de Westfalia y Luciano un miembro del Gran
Oriente de Francia. Es ciertamente sugestivo que Napoleón hubiera
considerado a la francmasonería como una amenaza a su gobierno.
Debido a que
la francmasonería se involucró en la Revolución Francesa, llegó a quedar
asociada a los ideales revolucionarios y hay muchos escritores que
sugieren que los francmasones de Francia estaban detrás de la Revolución
misma.
Las
diferencias entre esas figuras sugiere otra cosa; refleja la complejidad
de la Revolución y cómo las ideas políticas diferentes entraron en
conflicto con las ideas propias.
Fuente: http://masoneria357.com/2014/12/11/la-francmasoneria-y-la-revolucion-francesa/
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